1900, Reloj de Lewisham |
Como ya he planteado resulta muy agradable establecerse en una familia los primeros días. Ofrece estabilidad, consejo y es una buena manera de practicar el idioma con gente local. Esto si tienes suerte con la "host family". Por otro lado, y como me está ocurriendo, se puede generar rechazo a convivir con una familia. Hay ciertas restricciones y pérdida de libertad. Me da que pensar, creo que preferiría tener que bajar yo mismo al supermercado a por mis cosas, prepararme la comida, limpiar y hacer más o menos lo que desee. Desde recibir visitas hasta decorar la habitación a mi gusto.
En lo referente a las familias de alojamiento aquí he visto de todo. Yo más o menos tengo suerte con la familia. Son agradables y atentos, aunque no corresponden en algunas cosas con la descripción enviada por la academia. La habitación es enana y en principio se encontraba mal habilitada para el hábitat, como si la acabaran de reformar tras haber sido un trastero. Me encuentro a 40 minutos caminando de la escuela y a 1 hora de autobús teniendo en cuenta que no tenga que esperar mucho por él. Casas sin internet, mucho más alejadas que yo de la escuela, compartiendo baño con 8 personas, familia en donde solo una persona habla inglés han sido algunas de las situaciones que me cuentan compañeros de la escuela. Cierto es que en algunos casos se han resuelto las dificultades.
La elección de los compañeros de piso también es un tema a desarrollar. Lo ideal y lo que pensé desde el primer momento fue compartir piso con extranjeros en situación similar para practicar el idioma. Aquí entra la cuestión cultural de la convivencia en casa pero también la cuestión de la rutina. Ahora los paseos por Londres y las cervezas son muy bonitas pero en breves me tendré que plantear hacer vida sedentaria de trabajo y estudio al igual que los compañeros. También planteo la situación de estar todo el día trabajando y llegar a casa y poder hablar tranquilamente en castellano pudiendo expresar las cosas con exactitud. Compartiendo casa con gente española se hace más llevadero el desarraigo familiar y filial que mucha gente siente cuando lleva tiempo en el extranjero.
En lo referente a las familias de alojamiento aquí he visto de todo. Yo más o menos tengo suerte con la familia. Son agradables y atentos, aunque no corresponden en algunas cosas con la descripción enviada por la academia. La habitación es enana y en principio se encontraba mal habilitada para el hábitat, como si la acabaran de reformar tras haber sido un trastero. Me encuentro a 40 minutos caminando de la escuela y a 1 hora de autobús teniendo en cuenta que no tenga que esperar mucho por él. Casas sin internet, mucho más alejadas que yo de la escuela, compartiendo baño con 8 personas, familia en donde solo una persona habla inglés han sido algunas de las situaciones que me cuentan compañeros de la escuela. Cierto es que en algunos casos se han resuelto las dificultades.
La elección de los compañeros de piso también es un tema a desarrollar. Lo ideal y lo que pensé desde el primer momento fue compartir piso con extranjeros en situación similar para practicar el idioma. Aquí entra la cuestión cultural de la convivencia en casa pero también la cuestión de la rutina. Ahora los paseos por Londres y las cervezas son muy bonitas pero en breves me tendré que plantear hacer vida sedentaria de trabajo y estudio al igual que los compañeros. También planteo la situación de estar todo el día trabajando y llegar a casa y poder hablar tranquilamente en castellano pudiendo expresar las cosas con exactitud. Compartiendo casa con gente española se hace más llevadero el desarraigo familiar y filial que mucha gente siente cuando lleva tiempo en el extranjero.